Juan ARROYO
Nacido en Lima, Perú, Juan Arroyo estudió Composición en los Conservatorios de Lima, Burdeos y en el Conservatorio Nacional de Música y Danza de París. Profundiza sus conocimientos musicales en formaciones como Voix Nouvelles y el programa de estudios del IRCAM. Ha sido guiado por eminentes compositores como Brian Ferneyhough, Heinz Holliger, Henri Pousseur, Kaija Saariaho, Mauricio Kagel, Michael Levinas, Luis Naon y Stefano Gervasoni.
Sus obras han sido recompensadas con numerosos galardones como el premio de la Fundación Francis y Mica Salabert en 2013 y el premio de la Academia de Bellas Artes del Instituto de Francia en 2015. Ha recibido prestigiosos encargos del Ministerio francés de Cultura, Radio France, Centre Henri Pousseur, SACEM, Ensemble Proxima Centauri y el cuarteto Tana. Sus obras son interpretadas con regularidad por destacados conjuntos e intérpretes como el Ensemble Intercontemporain, L’Itinéraire, Linea, LAPS, L’Arsenale, Regards, Sonido Extremo, Feedback, Orquesta Nacional de Perú, Vertixe Sonora, Claude Delangle, Jeanne Maisonhaute, Antonio Politano y Maribé Charrier. Su música es interpretada en festivales de renombre como el Festival Ars Musica, Archipels, Cervantino, La Chaise-Dieu, Manca, Mixtur, Rhizome, Transit y ¡Viva Villa!
Compositor en Residencia del Centro Henri Pousseur (2014), del IRCAM (2015), miembro de la Academia de Francia en Madrid, Casa de Velázquez (2016/17), compositor en residencia en el Centro de Creación Musical Art Zoyd (2017), viene de ser nombrado miembro de la Academia de Francia en Roma, Villa Medicis por el año 2017/18.
Su trabajo de composición se articula alrededor del Realismo de Sonoro Mágico a través de las diferentes técnicas de hibridación sonora. De hecho, en el 2014, comenzó una etapa fundamental de su trabajo artístico con la construcción de nuevos instrumentos capaces de transmutar su sonido, los TanaInstruments. Esto le permitió hibridar los indices perceptivos de los sonidos para revelar la naturaleza evocadora e irracional de su sustancia, hasta a veces volverles enigmáticos.
La singularidad de su trabajo radica en estos juegos de desplazamiento, de movimiento entre una escucha causal y una escucha reducida, pasando por muchos estados intermedios de percepción. Juan Arroyo explora estos diferentes grados difuminando gradualmente las fuentes de sonido a la manera de un fotógrafo o camarógrafo, haciéndonos viajar de lo concreto a lo abstracto, de la materialidad a la inmaterialidad, jugando con la configuración de su objetivo.