La artista brasileira Ligiana Costa, estrenó como directora escénica la obra “Marias do Brasil: as vozes de Lapinha e Aparecida” en el Théâtre du Châtelet de París

A raíz de la Residencia Artística apoyada por Ibermúsicas que Ligiana Costa realizó en París en febrero de este año, fue invitada a participar como directora escénica de la muy exitosa obra “Marias do Brasil: as vozes de Lapinha e Aparecida” en el Théâtre du Châtelet de París.

A caballo entre la ópera y la música popular brasileña, Marias do Brasil rinde homenaje a dos grandes voces femeninas invisibilizadas de la historia de la música: Joaquina Lapinha, primera cantante lírica negra de Brasil en el siglo XVIII, y Maria d’Apparecida, mezzosoprano que conquistó los escenarios franceses en el siglo XX con el papel de Carmen. Separadas por dos siglos, estas dos artistas encarnan un legado poderoso y desconocido. Cruzaron fronteras sociales y geográficas para hacer oír su voz, entre la ópera, las modinhas, las bossas y los chôros. El espectáculo cuestiona tanto el recuerdo de una voz olvidada como los retos que plantea el lugar de la mujer en la historia: ¿cómo devolver un rostro y una voz a aquellas que fueron borradas?

A partir de un dispositivo escénico audiovisual, la directora Ligiana Costa creó un concierto poético-documental en el que el sopranista Bruno de Sá y la soprano Luanda Siqueira prestaron su voz a estas figuras pioneras, entre la memoria y la imaginación. Junto con el conjunto Americantiga, dirigido por Ricardo Bernardes, dieron nueva vida a un repertorio mestizo, que va desde el barroco luso-brasileño hasta las canciones de Chiquinha Gonzaga, pasando por composiciones de Heitor Villa-Lobos y Waldemar Henrique, entre otros.

Marias do Brasil es un homenaje político y vibrante a estas figuras invisibles que nos han legado este patrimonio musical. Un espectáculo que celebra la relevancia, la fuerza y la creatividad de las artistas brasileñas.

“A lo largo de toda la velada, la puesta en escena, trazada con precisión milimétrica por Ligiana Costa, no dejó ningún momento de respiro a la acción y mantuvo al espectador en vilo” Marcel Quillevere para Forumopera, Le Magazine du Monde Lyrique.