


“Hemiola Músicas” y el “Taller de Batería y Percusión Latinoamérica” realizaron juntos una serie de encuentros en formato de taller online, a través de la Plataforma Zoom. En total fueron diez encuentros comprendidos entre los meses de abril de 2021 y marzo de 2022 en torno a canciones de cuna, versos y ritmos de la tradición oral. El taller invitó a los participantes a vivenciar una selección especial de canciones y versos en claves de ritmos latinoamericanos, destinadas a ser recibidas a modo de “arrullo” de infancia, donde el trenzado del canto, la melodía y el ritmo propio de cada canción se convirtieron en cobijo, autocuidado y seguridad tanto para sus destinatarios, los niños, como para sus intérpretes. En los diferentes encuentros se estudiaron y compartieron canciones a partir de dinámicas lúdicas y creativas donde el juego fue el eje y la metodología esencial del aprendizaje a partir del disfrute.
“Los niños encarnan la esperanza del planeta, su mirada y su inocencia deben cuidarse y cobijarse desde el primer latido, para que con ese calor, las decisiones de nuestros adultos vayan siempre en lo colectivo y lo humano. Vemos cómo los niños cada vez están más distantes de sus padres y sus raíces, en medio de procesos globalizado. Desde esa mirada a lo real y el trabajo que venimos haciendo tanto juntos como cada uno en sus procesos, vimos cómo las comunidades campesinas latinoamericanas siguen arrullando a sus niños con canciones y ritmos que hacen parte de nuestra herencia viva que está en los campos, las costas y los montes de nuestra tierra, escondida y muchas veces ignorada. Surge así la necesidad de investigar con respeto y compartir no sólo la música o el ritmo, compartir la esencia, el alma y la evolución de estas dinámicas humanas”.
Durante los talleres se realizaron ejercicios prácticos, con bases en la antroposofía a cargo de la musicóloga y pedagoga waldorf chilena Carolina Chacana, directora de Hemiola Músicas. Las dinámicas de coordinación rítmica y escucha propia (juegos rítmicos) de percusión corporal fueron propuestas por el músico y percusionista chileno Juan Carlos Ochoa, director del Taller de Batería y Percusión Latinoamericana. De esta forma se asimilaron los géneros rítmicos de las canciones propuestas llevándolos a instrumentos disponibles en casa como cucharas, ollas, sartenes, llaves, etc.
Carolina Chacana es Licenciada en Estética por la Universidad Católica de Chile con estudios de musicología y dirección coral en la misma Universidad y diplomada en el programa “Estudios en música popular” de la Universidad Alberto Hurtado que dirige el musicólogo Juan Pablo González. Se desempeña como investigadora de la música y su vínculo con la tradición oral. A la vez es pedagoga waldorf y profesora de música desde la visión de la antroposofía. Es creadora de la Plataforma Hemiola Músicas, desde donde gestiona y organiza diversas actividades de fomento a la Música Latinoamericana tanto en Chile como en el extranjero. Ha tomado diversos talleres de danza, canto, ritmos latinoamericanos y percusiones del mundo con destacados músicos de Iberoamérica. Cuenta con Estudios de antroposofía (Seminario pedagógico en Arché) y ha ejercido como Maestra de Música y Maestra Waldorf en Escuelas en Chile. Ha estudiado “Arte de la Palabra” junto a Carolina Caroca y Tamara Chuvarovsk. Es parte de la Formación en “Pedagogía de Emergencia” junto al alemán Bernd Ruf y de la formación en “Canto Werbeck” junto a la maestra suiza Regula Berger en Madrid, España. En octubre del 2020 inició estudios en “Danza Movimiento y Terapia” en la Escuela de Psicología en la Universidad Autónoma de Barcelona. Actualmente es educadora en el Espacio de Juego Waldorf, Arrel en el Garraf, Catalunya
“El juego es parte fundamental en la integración en personas con diferencias de edad y conocimiento rítmico, teniendo en cuenta que este taller se realizó en modalidad virtual, hacer sentir esa complicidad era una tarea necesaria, sentirnos cerquita, a pesar de que no estábamos ni siquiera en el mismo país; para esto tomé los ritmos desde la percusión originaria y les traté de dar un carácter más orgánico llevándolos a lo corporal, a nuestro cuerpo y nuestra voz, que son nuestro primer instrumento. Por medio de claves sencillas jugamos a la pregunta y respuesta entre las personas, siempre con una sonrisa y entendiendo que el error es humano y que de él aprendemos, tanto en la música como en el día a día. Esto y la descripción histórica del ritmo genera un ambiente de cercanía y confianza que resultan fundamentales para aprender cualquier cosa en la vida”.
Juan Carlos Ochoa es músico y antropólogo Colombiano con estudios formales en la Academia Superior de Artes de Bogotá, la Universidad Javeriana de Colombia y The Collective de Nueva York. También ha tomado clases de música de la India en Nueva Delhi, y de percusión tradicional Colombiana con diferentes maestros a lo largo de su país. Ha tocado con diversos artistas de la escena de la música popular en giras, presentaciones internacionales y grabaciones de discos. Entre sus trabajos de investigación destaca el libro sobre ritmos colombianos aplicados a la batería. Desde el 2015, hasta la actualidad, dirige un espacio educativo llamado Taller de Batería y Percusión Latinoamericana, que busca formar personas con sentido musical y pertenencia. Ha realizado diversos talleres presenciales en espacios educativos de Santiago de Chile donde reside actualmente. Asimismo es invitado como profesor a realizar talleres online y entrevistas en instituciones de música popular de Colombia y Argentina.
“Entendemos (y personalmente me encanta que así sea), que muchas de las personas con las que compartimos este ciclo, no son músicos. Yo siento que todos lo somos en esencia. Como muchos de los participantes de nuestros talleres no tenían instrumentos en la casa, respaldamos el trabajo desde la percusión corporal y la voz. Mostramos como una mesa, una olla o un par de cucharas también son instrumentos musicales, de hecho y esto respaldado en el marco histórico, nos damos cuenta de que muchos de estos ritmos fueron en su mayoría pensados desde ahí, desde la cotidianeidad, así que siento que no hicimos más que un ejercicio de ver nuestra raíz de una manera consciente y basada en las experiencias que viví investigando todos estos ritmos desde el campo”.
Hemiola Músicas se sirvió de las cualidades de las palabras “Arte de la Palabra” y sus niveles de registro a través de la ejecución hablada de versos especialmente seleccionados para cada encuentro. La voz hablada como soporte, ayudó a dar una buena base para encontrar la musicalidad propia de la voz cantada a través del estudio melódico de las Canciones/Arrullo. Cada Canción fue acompañada de un relato Antropológico Musical, que dio cuenta de su contexto, origen, historia y significación humana para la comunidad que la acunó.
Agradecemos muchísimo la libertad creativa que nos entregó el Programa Ibermúsicas para poder hacer y pensar un taller con un respaldo académico importante pero también con la libertad que ofrecen los ritmos originarios, dándoles una mirada humana e inclusiva. Sentimos que espacios como éste son un oasis en medio de la realidad educativa de nuestra región.
Abya Yala es el nombre que tenía el actual continente americano antes de la conquista. En lengua Cuna significa “tierra madura”, “tierra que florece” o “tierra viva”. Me sorprendió el hecho de que este continente llevara otro nombre, y que su significado se correspondiera más a la cosmovisión de los pueblos originarios que a la de los colonizadores. La idea occidental del territorio como un objeto abstracto, medible o separado por líneas imaginarias, fronteras, no se correspondía con la concepción indígena; de que la tierra, el hombre y sus creencias son inseparables, y forman parte de un todo. Yo creo que la música también está relacionada con el ser humano de esa forma que refleja pensamiento, historia, experiencias, emociones. Es una “tierra que florece y está viva”, refiere Alejandro Rosero .
El álbum “Contínuo” de Alejandro Rosero incursiona en las raíces de la música afrodescendiente en conjunción con la tradición jazzística de la década del setenta, el uso de elementos rítmicos y formales de la música africana y la improvisación. Consta de seis temas inéditos compuestos por el pianista ecuatoriano Alejandro Rosero y contó con la participación de destacados músicos de la escena de jazz argentino como Tomás Babjaczuk (batería), Leonel Cejas (contrabajo), Juan Cruz de Urquiza (trompeta) y el saxofonista brasileño Gabriel Stern.
Cada composición fue escrita en distintas etapas de mi carrera. Mi intención, particularmente no fue la de crear ese hilo conductor entre los temas que componen al disco, diría que en cada tema se puede escuchar una historia distinta. Sin embargo, nunca se sabe lo que se genera en la escucha del oyente, cada uno puede ir creando su propio relato.
En mi opinión, la conexión, la sinergia y la entrega del grupo hicieron que esta música cobrara vida. Se trata de llegar a ese “algo” sin buscarlo, de alejar la expectativa y las pretensiones en el proceso creativo para realmente conectar con lo esencial. Esto por supuesto no minimiza la experiencia y el trabajo que hay detrás de la música, pero en el momento de tocar, y en este caso de grabar, ¡hay que dejarlo todo! En su mayoría fueron las primeras tomas, las que se publicaron en el disco.
Alejandro Rosero nació en Ecuador. Es pianista, compositor y director musical. Músico activo de la escena del jazz en Argentina, ha colaborado con reconocidos artistas como: Gary Smulyan, Maxwell Acree, Barbie Martinez, Leonel de Francisco, Carlos Lastra, Rosa Nolly, en diversas agrupaciones, ensambles y orquestas, entre las que cabe mencionar a la “Manuel de Falla Big Band”, “Kaiser Big Band”, “The Swingsters Big Band”, entre otras. Estudió piano clásico en el Conservatorio Franz Liszt de Quito-Ecuador y en 2012 viajó a Buenos Aires para continuar su formación en piano y composición, entre sus maestros se destacan los pianistas: Ernesto Jodos, Andrés Beewsaert, Juan Carlos “Mono” Fontana y el compositor Diego Taranto. En 2017 ingresó en la Carrera Superior de Jazz en el Conservatorio Superior Manuel de Falla y simultáneamente grabó su primer EP con el Proyecto “Chali Project”. Desde 2019 desempeña el puesto de pianista para las orquestas de la Compañía Internacional Royal Caribbean y a inicios de 2020 recibió el cargo de director musical.
Gracias a la ayuda otorgada por Ibermúsicas, tuvimos la alegría de contar con un equipo de producción muy amplio y profesional. Un equipo de cuatro cámaras, un ingeniero en sonido, gente en difusión y medios y por supuesto, registrar el material en uno de los mejores estudios de grabación de Buenos Aires; Estudios Dr. F. Considero que tener las herramientas y el espacio correcto para producir sin tener que preocuparse más que por la música, es importante. Siendo este mi primer disco, resultó una verdadera alegría contar con este equipo de músicos de Brasil, Argentina y Ecuador para realizarlo. Son músicos de una importante trayectoria profesional y también de una gran humanidad, lo que otorgó mucha fluidez a la realización del proyecto.
Sinceramente, estoy muy agradecido con el Programa Ibermúsicas. Nos abrió la posibilidad de concretar este proyecto a mi grupo y al de muchísimos/as artistas a nivel internacional. Además cuentan con un equipo humano maravilloso y muy atento a todo.
Ver y escuchar en: https://youtu.be/ot4dKwcvRBs
Allá por el 2014, las amigas de la infancia Tatiana Ríos y Miroslava Herrera se juntaron para hablar de música. Compartieron sus inquietudes en cuanto a la afro panameñidad y fue entonces cuando se les ocurrió tomar los cantos tradicionales de tambor y voz de Panamá, llamados tamboritos, y fusionarlos con elementos contemporáneos. Se propusieron la misión de destacar los valores de la cultura afropanameña: comunidad, diversidad y osadía. Su lema es “Sin raíz no hay país”.
Idearon un plan para demostrar la potencia de los tambores de origen africano de Panamá. Escribieron la canción “Viene de Panamá” y la inscribieron en el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar. Concursaron en 2016 y ganaron el premio a la mejor canción folclórica. Esta experiencia las impulsó para grabar un álbum que incluyera a “Viene de Panamá” dentro de un recorrido por el tiempo y el espacio que mostrara la experiencia negra en Panamá. Con la fórmula de actualizar los cantos antiguos y transformarlos en un mensaje actual, compusieron nueve temas adicionales y fueron nominadas a los Grammys Latinos en la categoría de mejor álbum folclórico en 2018. Realizaron presentaciones en Marruecos, España, México y Estados Unidos.
Afrodisíaco trabaja con ritmos afropanameños tales como el atravesao, el bullerengue, el congo, el norte, la ciénaga, entre otros. Estos ritmos guardan relación con la diáspora africana en el istmo. Narran en sus letras la experiencia de la asimilación, la vida y la muerte y la construcción de una identidad nacional. Las composiciones de Afrodisíaco emplean la mejorana (pequeña guitarra de cinco cuerdas), el violín y los tambores de cuña panameños. Los ritmos afro nacen a partir de claves de comunicación que los esclavizados desarrollaron para comunicarse y vencer las barreras lingüísticas entre ellos: los secuestrados de África provenían de orígenes muy diversos y las claves de ritmo fueron las primeras maneras de establecer las alianzas para sobrevivir como grupo. Afrodisíaco sostiene la tesis de que los ritmos afro conforman la base de todos los ritmos del nuevo mundo: es evidente la maternidad africana en la salsa, el merengue, el reggaeton, el tango, el rock, el jazz.
Justo antes de la pandemia, Afrodisíaco había proyectado viajar a Chile a un encuentro con Comprovisation Project (Escuela Moderna), pero tuvieron que adaptar el proyecto y hacer viajar a las canciones. Con la colaboración de FolkLab Studio se decidió que se harían dos canciones: una panameña chilenizada y una chilena panameñizada. Trabajadas a distancia, las dos canciones estuvieron listas a principios del 2021. “Desaparecidas”, la canción panameña adaptada por Comprovisation Project es una versión de “Desapariciones” de Rubén Blades que habla acerca de la violencia machista y honra a las víctimas de Panamá y Chile. La segunda canción es “Deja la vida volar” de Víctor Jara. La misma fue adaptada por Afrodisíaco a la sonoridad del ritmo atravesao característico de la región central del istmo.
El piano magistral de Luciana García fue la base de la creación de la nueva versión. Ella es una talentosa pianista egresada de la Escuela Moderna de Chile. Orión Morales, educador musical, guió el proceso colaborativo. Eric Blanquicet entrega en la percusión un ritmo atravesao muy sensual marcando el bajo hondo de Ariel “Chombin” Turner. Para aportar a ese sabor panameño, el proyecto invitó a la violinista Chelín Núñez a sumar su interpretación. El ingeniero de sonido Vicente Ríos dio los toques mágicos en la mezcla. El lanzamiento de “Deja la vida volar” está acompañado de un producto audiovisual realizado por Luís Cantillo. La gráfica que representa esta versión de “Deja la Vida Volar” fue creada por la artista Jennifer Morales.
Fue un trabajo de tres meses con reuniones virtuales entre los músicos, llamadas telefónicas y horas de grabación en estudio en ambos países. Fue una experiencia gratificante por lograr apegarnos a la agenda de trabajo y ver resultados consensuados. Fue muy gracioso ir superando las diferencias culturales entre Panamá y Chile y descubrir en el proceso de creación, los puntos de encuentro entre Panamá y Chile.
Ibermúsicas ha representado para Afrodisíaco la oportunidad de interactuar con audiencias a las que no teníamos acceso y de crear piezas musicales y documentales. La primera vez que obtuvimos un fondo, lo invertimos en llegar a los F.A.R.O.S. de cultura de la Ciudad de México y fue un experiencia enriquecedora que superó nuestras expectativas. En el año 2019, apenas un par de meses antes de la pandemia de la covid19, obtuvimos nuevamente el fondo de movilización y adaptamos el plan de visitar Chile por un encuentro virtual muy fructífero que resultó en un dos canciones poderosísimas, un documental y lazos muy fuertes con jóvenes artistas chilenos. Este impulso de recursos y fe nos dio chance para madurar como artistas y exigirnos siempre el mejor esfuerzo.
Ambiente Criollo nació en 2007 y es la única agrupación de música criolla en el Perú conformada íntegramente por mujeres. Se dedica al estudio, preservación y creación de la música criolla. A través de talleres, espectáculos y conciertos promueve el reconocimiento del aporte y contribución de las mujeres compositoras y músicas dentro del ámbito artístico peruano. Con trece años en la escena musical, ha realizado diferentes presentaciones por distintos escenarios del país. Además, ha participado de varias entrevistas radiales, programas culturales de televisión y en 2011 fue parte del programa The Grannies on Safari, realizando un video de música y costumbres tradicionales en Perú.
Cada una ha hecho un aporte único a la música criolla, desde Rosa Mercedes Ayarza quien fue la primera en escribir la partitura de la Concha de Perla como hoy la conocemos. Nadie puede dejar de reconocer el aporte de Victoria Santa Cruz, mujer afroperuana quien fue compositora, coreógrafa y diseñadora, considerada una de las principales estudiosas y difusoras del arte afroperuano y otras manifestaciones culturales. Serafina Quinteras, que fue escritora, periodista, poetisa y cantautora peruana, su tema más conocido es Muñeca Rota, sin embargo tiene muchos temas más que deben ser visibilizados, no solo por la letra sino además por la hermosura de su música. Chabuca Granda, es quizás, la más famosa compositora peruana quien desde sus composiciones se atrevió a escribir temas inspirados en sus experiencias y en los problemas sociales que afectaban al país. Anna Renner es una de las compositoras más importantes del cancionero criollo quien en 2011 fue distinguida por el Ministerio de Cultura como Personalidad Meritoria de la Cultura.
El proyecto “Herencia: Mujeres compositoras en la historia de la música criolla” contó con la colaboración en uno de los temas de Aluna Tambó, agrupación chilena de mujeres que rescata, practica y difunde las tradiciones artísticas de raíz africana y su legado.
Creemos que ha sido una experiencia enriquecedora trabajar en colaboración con Aluna Tambó. Durante las primeras reuniones se acordó hacer el tema Yo ya ta cansá de Victoria Santa Cruz, debido a su potente mensaje, con una base afro, la cual además de integrar un sello particular de la agrupación chilena con instrumentos propios de su región, tuvo una fuga trabajada de manera colectiva que lleva un mensaje de esperanza y de lucha, que se pensó a partir de la conversación sobre las problemáticas y luchas de las mujeres que son percibidas de la misma manera, más allá de los países. Eso fue un punto de encuentro para desarrollar esa fuga. La base rítmica musical, si bien es afro, nos lleva a pensar cómo es que a pesar de la lejanía y distancia geográfica, se encuentran similitudes musicales que son parte de la cultura latinoamericana, con diferentes enfoques e instrumentos que le agregan un sello característico a cada región.
El Programa Ibermúsicas ha servido para darnos la posibilidad de tener una plataforma para que nuestros proyectos tengan más alcance y sean visibilizados por más personas, ya que tiene una amplia lista de artistas de diferentes países de la región Iberoamericana. Por otro lado, es una fuente de apoyo para concretar proyectos y establecer alianzas entre artistas y grupos, además está conformado por un gran equipo técnico que nos ha apoyado en todos los momentos del proyecto.
Túumben Paax (Música nueva, en maya) es un ensamble vocal único por su género y formato. Está compuesto por seis cantantes profesionales que ofrecen nuevas experiencias sonoras. Con sede en la Ciudad de México, fue fundado en el año 2006 por Lucía Olmos y está integrado por músicas egresadas de las principales escuelas del país. Ha sido dirigido por Arturo Valenzuela, Samuel Pascoe, Jorge Córdoba, Jorge Cózatl y actualmente por el maestro Rodrigo Cadet.
Ha realizado giras por Italia, España, Japón, China, Corea del Sur, Guatemala, Colombia, Argentina, Costa Rica y Estados Unidos.
Túumben Paax se ha destacado por ser una agrupación pionera en su género y formato en México, su objetivo principal es promover la composición de música vocal contemporánea creando un estrecho vínculo entre el proceso creativo y la interpretación de las obras.
A la fecha han realizado el estreno mundial de más de 40 obras compuestas especialmente para la agrupación por compositores mexicanos y extranjeros como Gabriela Ortiz, Germán Romero, María Granillo, Jorge Córdoba, Hébert Vázquez, Arturo Valenzuela, Francisco Cortés, Cesare Valentini y Alberto Balzanelli, entre otros; incluyendo la comisión y estreno mundial de Marea Roja, ópera de la compositora Diana Syrse que aborda el tema de los feminicidios en México, en una producción del Centro Nacional de las Artes. Con apoyo del FONCA ha realizado dos producciones discográficas “Ríos de Evolución” y “Túumben Paax, décimo aniversario” con obras de compositores mexicanos, principalmente.
Han sido ganadoras de las ayudas de Ibermúsicas en dos oportunidades, en la convocatoria 2013 y en la convocatoria 2019.
Integran Túumben Paax: Lucía Olmos, soprano y directora general; Lorena Barranco, soprano; Carmen Contreras, soprano; Itzel Servín , Mezzosoprano; Julietta Beas, Mezzosoprano; Mitzy Chávez, mezzosoprano y Rodrigo Cadet, director artístico.
Lucía Olmos, Lorena Barranco y Mitzy Chávez conversaron con Ibermúsicas sobre su experiencia como beneficiarias del Programa.
Hablaron sobre las posibilidades que se abrieron para la agrupación en las dos oportunidades en las que fueron beneficiarias de Ibermúsicas.
La ayuda de Ibermúsicas abrió para nosotras la posibilidad de concretar uniones entre los países iberoamericanos. Cuando la tuvimos por primera vez, fue en el año 2014. Hicimos una gira por nueve ciudades de Argentina con conciertos casi todos los días. Sin el apoyo de Ibermúsicas no se hubiera podido realizar la gira. Una de las cosas más caras que hay que cubrir en una gira es el transporte. No es lo mismo presentarse por cuenta propia que hacerlo contando con el apoyo de instituciones como Ibermúsicas y el Instituto Nacional de Bellas Artes de México. (Lucía Olmos).
El trabajo con Ibermúsicas ha sido muy importante en esa primera vez y ahora, habiendo tenido que trabajar en el marco de la pandemia, nos dio una nueva proyección, porque incluso se pudo abrir a más lugares, a más personas y a más países que originalmente no estaban contemplados. Iba a ser una gira solo por Ecuador y Colombia y al final resultó que terminamos involucrando a muchos países, y ahora tenemos más conexiones. Incluso más de las que teníamos originalmente. En gran parte fue trabajo nuestro pero también he de decir que Ibermúsicas tuvo muchísima flexibilidad para propiciar la adaptación de los proyectos. (Lucía Olmos).
Al tener que trabajar en tiempos de pandemia y reclusión, así como muchas cosas no pudieron realizarse, también se propiciaron nuevas oportunidades.
Fue una oportunidad de aprender algo diferente. Por ejemplo, a armar un taller de esta magnitud, hacia tanta gente, nos confrontó a nosotras mismas a trabajar mejor, a buscar la mejor manera de que nos entendieran, buscar lugares para poder ensayar, buscar espacios para trabajar incluso por zoom o por otros medios digitales para poder coordinarnos y poder llegar hacia el público, y dar cursos y cantar y dar conciertos. Con todas las medidas de seguridad, pero nunca dejamos de trabajar. Fue un trabajo en equipo muy arduo, muy enriquecedor. Yo creo que nos pone ahora en otro espacio, en otro lugar dentro de la música incluso. (Lorena Barranco)
Terminamos ensayando pues en estacionamientos, en la azotea, en patios, buscando los lugares abiertos. Lo hicimos justo en los momentos más álgidos con cifras muy altas de contagios y demás, entonces era cubrebocas y espacios abiertos con todo lo que eso implica. Las grabaciones, sí, ya las pudimos hacer juntas. (Mitzy Chávez)
La mayoría, de los foros, de los programadores, de los ciclos, o sea, toda la actividad musical fue cancelada. Se cancelaron muchísimas cosas. Pero qué bueno que se mantuvo Ibermúsicas, qué bueno que se pudo hacer esto. Todo el mundo se tuvo que ingeniar en general. Nosotras hubo un punto en que empezamos a ensayar por zoom y era dificilísimo porque grabábamos las voces, yo grababa mi voz y se la mandaba a la otra y así. Con respecto al primer curso que impartimos, que fue el de los Coros Vocacionales, ¡Estuvo increíble! ¡La cantidad de gente! ¡De toda Sudamérica y Centroamérica! Que vinieron, que se inscribieron, que tomaron el curso, fue increíble, y la verdad es que de otra manera no hubiera podido ser posible. La gente, súper agradecida, súper interesada, súper comprometida. La verdad es que el resultado de ese curso fue increíble y definitivamente fue porque se mantuvo el programa. (Lucía Olmos)
Y también, en medio de todo el caos que generó la pandemia, fue un oasis para muchos el hecho de aprender de fonética, de canto, de dirección, de gestión y aparte vernos, conversar y estar en la misma sintonía de preocupación anhelando que esto acabe, con ansias de hacer música y de seguir adelante también. (Mitzy Chávez)
Fieles a su compromiso de incentivar la creación de nuevas obras y de estrenarlas, siguieron trabajando en pos de ese objetivo.
Hicimos dos talleres. Uno destinado a Coros Vocacionales y el otro, un Taller de Composición destinado a músicos avanzados. De ese taller se seleccionaron a seis participantes activos que compusieron seis miniaturas. Era un taller dirigido a un público muy específico. Tanto los participantes activos, que fueron los que compusieron, como los participantes oyentes, tenían muchas dudas porque componer para la voz es una cosa muy particular. Tiene varias cosas que hay que tomar en cuenta. Depende del color, del tipo de voz, de la forma en la que vas a llegar al agudo para que sea más fácil, o si hay algún efecto. (Mitzy Chávez)
Aprendimos a seguir y ¡logramos estrenar seis piezas! Seis obras. (Lucía Olmos)
En cuanto al encargo y estreno de obras, siento que este ha sido justo el trabajo fundamental de Túumben. Y ese es como su plus, su distinción. Yo creo que el noventa por ciento, quizás noventa y cinco por ciento de las obras que se cantan en el grupo, han sido escritas para nosotras. Y esto es así desde que el grupo se fundó hace quince años. Yo detecté una necesidad que había, la de tener un grupo vocal de música contemporánea. Porque hay más grupos como ensambles instrumentales de otro tipo que hacen música contemporánea pero en relación con la voz es habitual que haya un cierto prejuicio por ejemplo con respeto a las técnicas extendidas “¿esos ruidos que son?”. Había una necesidad importante de conformar un grupo así. Y en cuanto el grupo surgió yo me presenté ante algunos compositores del Foro Internacional de Música Nueva diciéndoles “Hola, yo soy tal y tengo un grupo…” Y así fue como Rodrigo Valdez Hermoso me presentó a todos. Él no nos conocía pero dijo “¡Mira, ella es Lucía, tiene un grupo y son excelentes!” Él nos dio el primer impulso. Yo estaba yendo a todos los concursos, conciertos, del foro y conocí a todos los compositores. Entonces, a partir de ahí pudimos comisionar las primeras diez obras, que eran de cinco compositores ya reconocidos y cinco nuevos. Y con ese material se grabó nuestro primer disco y nos empezaron a conocer. A la fecha, además de continuar comisionando obras, nos pasa que un compositor nos dice “quiero componer para ustedes” o “aquí está la obra que les hice”. Y creo que ese ha sido en gran parte el trabajo más importante que ha hecho Túumben Paax, porque antes de eso no había obras con esta adaptación específica de sexteto vocal femenino. Ahora ya suman un poco más de cincuenta obras que han sido escritas para nosotras en estos quince años. Son como tres obras más o menos por año.(Lucía Olmos)
Túumben está ofreciendo un lugar. Si tú eres un compositor y tienes ganas de componer alguna obra vocal dices, “¿A dónde la llevo? ¿A quién se la doy?” Entonces esa es también la importancia del ensamble, que ha sido finalmente como un foro, como un lugar, a donde tú puedes ir como compositor. (Lorena Barranco)
El trabajo junto al maestro Rodrigo Cadet lleva al grupo a su punto de máximo rendimiento..
Nuestro director, Rodrigo Cadet, es un gran músico, es alguien realmente excepcional, entonces está siempre ocupado mentalmente. En la música, en los sonidos, en ver cómo ayudarnos también. Es muy sensible con nosotras. Tiene una gran comprensión. Nunca hay una molestia, al contrario, yo creo que es un equilibrio y nos ayuda muchísimo. Siempre en los ensayos, además de que tiene un oído grandísimo (Lucía Olmos)
Y no se le pasa ni una, es muy, muy cuidadoso, de las sonoridades, de las afinaciones, del balance, de las notas. Entonces cada ensayo con él es hasta corto, se va rápido porque hay muchas cosas que tiene en su cerebro.Trae tantas ideas… y lo quiere de tal manera y te ayuda, y te dice cómo, es muy quisquilloso en ese aspecto pero yo creo que hace que el grupo suene muy distinto ahora. (Mitzy Chávez)
Por último, nos hablaron sobre la relación con el público y el compromiso con en el tiempo que nos toca vivir.
Yo en lo personal he visto que la reacción del público, siempre sin excepción, es favorable. Hay siempre un oído crítico en los músicos que se dedican a estas corriente artística, que están asombrados de la sonoridad del grupo, de las cosas que puede hacer una voz humana en cuanto a técnicas extendidas, esas enarmonías, hacer vocalizaciones, también ruidos y lo musical que puede hacer la voz humana es siempre algo que asombra, incluso a los que saben. Incluso hay compositores que también se atreven a escribir cosas muy extremas para nosotras, pensando que lo podemos hacer ¡y le buscamos la manera! Pero también la gente que no se dedica a oír este tipo de música porque… ¡No nos están educando! No hay tanta educación musical contemporánea. Estamos siempre en las escuelas con Bellini, con Mozart, con Haydn. Incluso cuando oyen esta música, yo veo cómo el público se divierte, se asombra, abren sus oídos. Y es como ir a un museo, y ver una gama de colores en una sola exposición El público va a oír algo que les llena de colores el cerebro. De sabores incluso. Es una gama impresionante que nunca deja un mal sabor de boca. (Lorena Barranco)
Una anécdota de hace muchos años, cuando Túumben apenas había empezado, tuvimos una primera beca del gobierno de la ciudad de México que se llamaba “Actos por Todas Partes” y significaba llevar conciertos a lugares donde generalmente no hay, o a lugares más alejados, como la periferia de las ciudadelas. Y estábamos en una delegación lejecitos donde en la plaza pública habían montado un escenario. Estábamos nosotras esperando el concierto y tenían un sonido con una mega bocina, poniendo de fondo musical cumbias “¡Vengan todos al concierto de Túumben Paax!” Y nosotras ¿Qué van a pensar cuando nos oigan? ¿Qué vamos a hacer? estábamos muy nerviosas, obviamente no íbamos a cantar cumbias. Entonces la gente empezó a escuchar la música y se quedó como… “¿qué pasa? ¿qué está pasando?” Nosotras también les explicábamos de qué trataba la música y demás. Al final no se fue nadie, se quedaron al concierto, escucharon con atención y eso fue muy bonito. La recepción fue muy buena. (Lucía Olmos)
Hay obras de todo. Obras que son más experimentales y otras que son bastante tonales y más cercanas a lo que normalmente estamos acostumbrados. Es decir, el panorama es muy amplio. Además, las temáticas que abordamos. También hemos abordado muchas obras que hablan sobre feminicidio, lamentablemente es algo que sucede, sobre cosas dolorosas como asesinatos o como las muertes de Ciudad Juárez que son cosas que nos duelen, que nos tocan. Es así, la música habla también. Habla de lo que está pasando y no podría ser de otra forma. Si no fuera así creo que estaríamos en un desfase, social, artístico. Entonces al final, también, es un instrumento. La música es un medio para decir muchas cosas. Es una forma de decir lo que está sucediendo. (Lucía Olmos)
Nos decía Javier de Córdoba, uno de los primeros directores que tuvimos, “a lo mejor otras músicas de otras épocas pueden hablar de paisajes o de cosas lindas, pero lo que nos toca hablar ahorita también son otras cosas que pueden ser no tan bonitas pero que se tienen que hablar.” (Lucía Olmos)
Túumben le da vida a los compositores, a la música de la gente viva, para que no se quede ahí guardada, que se haga, que se promueva, que la conozca el público, y también ayudados por instituciones como Ibermúsicas para poderlo llevar a cabo donde se pueda, A más alcance del público, mejor, así le damos vida a muchas cosas que hay que comunicar con la música. (Lucía Olmos)
El colectivo Maíz Negro brindó un concierto virtual con la participación del músico argentino Gregorio Quirós y del brasileño André Sampaio.
Maíz Negro es un colectivo de jóvenes músicos y bailarines mexicanos dedicados al estudio, ejecución y promoción de músicas y danzas tradicionales del oeste africano, así como de Cuba, Brasil y México. Está integrado por Guadalupe Luna Albino, Francisco Wilka Vásquez Suárez, Marco Gerardo Cornejo Denman, Antonio Zarcillo Martínez, Agustín Fernández Hurtado y Francisco Collado. Cuentan con una trayectoria profesional de más de 17 años. Han realizado diversos viajes de estudio para acercarse a las expresiones artísticas que practican en sus contextos tradicionales originales. También amplían su formación artística con estudios individuales en diversos géneros que complementan su bagaje.
Entre septiembre y octubre de 2021, el colectivo Maíz Negro realizó un concierto virtual con la participación de artistas de Argentina y Brasil. De forma fortuita la pandemia abrió para el colectivo una nueva etapa creativa. Los tiempos del confinamiento pandémico significaron la puerta a una nueva etapa de exploración y de estudio en un proceso de síntesis de las distintas corrientes culturales musicales que han abarcado.
“Existían ya interesantes antecedentes de colaboración con el notable percusionista, marimbero y cantautor argentino Gregorio Quiros. Múltiples afinidades nos unen, la marimba de chonta y el balafón guineano, los ritmos negros que hermanan África y América, su gusto y experiencia en el son Jarocho de nuestra natal Veracruz, aunado a su actual residencia en la zona en que vivimos, lo convirtió en un candidato natural”, afirma Francisco Wilka Vásquez Suárez. “Con el guitarrista brasileño André Sampaio hemos interactuado en el Festival Internacional Raíces, experiencia a partir de la cual pudimos conectar con su propuesta musical ligada a los ritmos de África del Oeste. Nos fue natural el unirnos en esta búsqueda como latinoamericanos que sienten el llamado de la música africana. Además, otro aspecto determinante para el surgimiento del proyecto del concierto fue el énfasis en los instrumentos melódicos y la reestructuración instrumental del grupo”.
El concierto virtual incluyó letras en idioma sousou, malinke, portugués y español. En contraste con facetas anteriores del Colectivo Maíz Negro profundizó en el uso del balafón (ancestro africano de la marimba), introdujeron el kamelen n’goni, (ancestro africano del arpa), ampliaron el uso de la jarana (guitarra tradicional veracruzana), combinaron el batá afrocubano con el berimbau afro brasileño y los instrumentos tradicionales del África occidental, también agregaron a la danza africana, el zapateado de la tradición jarocha de Veracruz.
“El mismo Gregorio Quirós dijo una vez que nosotros somos un grupo de mestizos que huyen de la ciudad para poder tocar el tambor en el monte, haciendo analogía a los tiempos en que los negros huían de la esclavitud de las haciendas para refugiarse en el monte creando quilombos o palenques. A la par de ir construyendo nuestra propuesta musical, hemos ido explorando en la construcción de una alternativa de vida orientada a la sustentabilidad medioambiental que incluye conceptos de eco técnicas de construcción y gestión de servicios. Así, el habitar casas de tierra o madera, el captar agua de lluvia, el utilizar baños composteros, el hacerte cargo de tus desechos, son parte de nuestra cotidianidad y hacen que el proyecto del Colectivo Maíz Negro esté integrado por una vivencia amplia y profunda que dota de riqueza la propia propuesta musical”.
Para el Colectivo Maíz Negro, la etapa apoyada por el Programa Ibermúsicas ha sido un parteaguas en nuestra trayectoria y en lo que entregamos a la gente que nos sigue y escucha. El contacto con el equipo de trabajo del Programa siempre ha sido fluido y propositivo, lo cual facilitó la colaboración. Queremos felicitar y dar las gracias a todo el equipo de Ibermúsicas por su gran trabajo.
Ignacio Méndez, Marcelino Guerra y Carlos Vallarino, e han sido los ganadores por Panamá de la 7ma edición del Premio Ibermúsicas de Creación de Canción 2020, Canciones de la Cuarentena.
En esta edición fueron recibidas 2372 propuestas de toda la región en una gran demostración de la riqueza de nuestras músicas, la diversidad de los recorridos estéticos y las increíbles sonoridades de Iberoamérica. Todas las obras fueron presentadas bajo seudónimo y analizadas mediante un sistema de evaluaciones cruzadas por el cual un jurado compuesto por destacadas y destacados artistas, periodistas musicales y productores fonográficos de un país, calificó las postulaciones presentadas por otra nación. En este caso las canciones presentadas por los artistas de Panamá fueron evaluadas por un jurado de Cuba.
Ignacio Méndez
Ignacio Méndez nació en Panamá en 1982. En 2001 se fue a vivir a Inglaterra por un año, país donde comenzó a componer canciones. Luego viajó a Guadalajara, México, por cuatro años para estudiar la carrera de Diseño Gráfico, pero nunca dejó de hacer música.
La Pandemia me encontró en Berlín con mucha incertidumbre, como a todos. Por suerte no dejé de trabajar en mi otra profesión que es ser diseñador. Si algo bueno puedo sacarle a esta situación tan difícil es que me dio más tranquilidad para componer en casa. También hice algunos lives por Instagram. Salieron bastantes temas nuevos en ese tiempo. Algunos los compuse en colaboración con otros artistas de Panamá. De hecho, la pandemia me hizo dedicarme con más seriedad a la música y empezar a enseñar a más gente lo que hago. Siempre he trabajado de otras cosas y la música la he tenido como algo a lo que le dedico mucho tiempo, pero de manera muy personal y sólo la enseñaba a mi gente más cercana.
En el 2006 Ignacio Méndez viajó a Weimar, Alemania, para estudiar la carrera de Comunicación Visual en la Universidad Bauhaus. Actualmente, y desde hace ya doce años, vive en la ciudad de Berlin. Hace canciones, diseña y pinta.
Su canción titulada “Completar” resultó ganadora del Premio Ibermúsicas a la creación de canciones séptima edición 2020.
Compuse la canción en mi casa. Fue raro como salió el tema, ya que fue una de esas canciones que salen de un tirón sin pensárselo mucho. Compongo en la guitarra y el piano casi siempre. La canción se refiere a una fiesta patronal de pueblo en mi país. Me imagino que lo que gatilló el tema es estar recordando cosas que vi cuando estaba allá. En el invierno de Berlín siempre me da por escuchar mucho son cubano, salsa, calypso, cumbia y ritmos del caribe en general, para contrarrestar el frío que hace en Alemania. Para que por lo menos entre el calor por los oídos. Entre estar practicando patrones de salsa en la casa y recordando cosas que veía de niño en mi país, salió esta canción como resultado.
Ibermúsicas es un Programa muy importante y de gran ayuda para los músicos.
Marcelino Guerra
Marcelino Guerra es un compositor, productor y cantante panameño que fusiona la cumbia con ritmos latinos y con el pop. Inició su pasión por la música a los cinco años influenciado por su padre y por el entorno musical en el que creció. A los quince años se inició profesionalmente luego de ganar un concurso de acordeones en Panamá. Como músico, grabó con reconocidos exponentes de la música folklórica panameña entre los que destacan Sammy Sandra Sandoval, Tavo Flores, Kenny Kiara y Margarita Henríquez. Sus letras han sido interpretadas por Jonathan Chávez y Kenny Kiara, además se anotó un éxito en la industria del típico de Panamá con Manuel de Jesús Abrego, Abdiel Núñez y los consentidos con el tema “Amor Prohibido”.
Cuando comenzó la pandemia, me encontraba en la producción musical de algunos grupos panameños, al tiempo que retomaba mi rol de cantautor, planificando y preparando nuevas canciones mientras tomaba la iniciativa de crear una disquera para música típica regional.
Su canción titulada “Más que claro” resultó ganadora del Premio Ibermúsicas a la creación de canciones séptima edición 2020.
La canción fue una reacción directa a la situación de encierro, a separarnos de nuestros seres queridos, haciendo un llamado a la esperanza y planteando el reencuentro.
El músico señala que compuso la canción como suele trabajar, esto es: “componer la letra y la música al mismo tiempo. Cada oración, línea o verso, me va dictando al mismo tiempo la armonía que intensifica el mensaje”.
Marcelino Guerra participó como director musical de la agrupación que acompañó a la Latin American Idol, Margarita Henriquez en Viña del Mar en 2019 clasificando a la final y quedando galardonados en el tercer lugar de la categoría folclore. Ese mismo año, decidió lanzar su carrera como intérprete con el tema “Un Ratito Más” seguido por “Mi Princesa” en donde define su esencia como la fusión de sus raíces folclóricas con pop, rock y otros ritmos latinos. A inicios de 2020, Marcelino presentó el sencillo “Ventanitas de Cristal” en donde dejó ver nuevamente su versatilidad musical a través de una balada con letra muy romántica pero conservando su esencia a través de elementos folk como el acordeón y el tambor repicador, propio de la región de Azuero en Panamá. En 2021 lanzará el EP titulado “Amor Prohibido”, el cual incluye sus temas anteriores y el tema del mismo nombre que contó con la participación de los reconocidos músicos, Dani Uribe y Juangui Aguilar, ganadores de Grammy con figuras como Carlos Vives, Cumbiana, Kany García y Fonseca entre otros
El Programa Ibermúsicas es justo el incentivo que necesitamos los artistas, el competir sanamente, exigiéndonos más, por oportunidades que no se ven muy fácilmente.
Carlos Vallarino
Carlos Vallarino es cantautor. Participó en Sofar Sounds Panamá 4ta edición, Costa Fest, Metro Fest, recitales con la fundación tocando Madera 3ra edición (Terraplén, Casa Soldado, Guataca Nights), Festival Internacional Tesituras en Medellín, Festival dándole cuerdas 9na edición Costa Rica y 10ma edición, Yarumo Fest Medellín, COMFENALCO 2020, entre otros. Abrió conciertos de artistas y agrupaciones reconocidas como Omar Alfanno, Desorden Público, Miguel Ignacio Mendoza (Nacho), Santiago Cruz, Ricardo Montaner, Armando Manzanero, Mocedades, Sin Bandera, Camila, Gondwana, Nabaléz, Los Rabanes, Osvaldo Ayala, Grettel Garibaldi, Palabras Pala, Erika Ender y Noel Scharjis. En 2017 hizo su debut en todas las plataformas digitales con su canción Miel con limón en un feature con Aurelio Tamayo. El sencillo alcanzó notables posiciones en diferentes radios latinoamericanas.
La crisis sanitaria debida a la pandemia me encontró de gira por Medellín con un querido amigo de allá llamado Daniel Gutiérrez. Tuvimos que cancelar casi todas las fechas importantes. De tener una gira de mes y medio, sólo pudimos estar quince días y hacer dos fechas. Sin embargo, me dediqué a componer muchas de las canciones que hoy día estoy grabando. Además, realicé algunos Streamings, tanto nacionales como internacionales. Seguí trabajando en las canciones y pude sacar un EP de cinco temas titulado “Viajeros”.
Su canción titulada “Cuando baje el telón” resultó ganadora del Premio Ibermúsicas a la creación de canciones séptima edición 2020.
La canción fue escrita en tiempos de cuarentena donde se contempla el legado que uno deja “cuando se apaguen las luces, cuando baje el telón”. La compuse con guitarra y voz en un estilo de Rumba Catalana. Ritmo que abrazo por el legado de mi abuela de raíces españolas. La verdad es que no tengo un método compositivo. A la musa hay que abrazarla al momento que llega. Va muy arraigado a mi vida personal, a cómo veo el mundo y cómo percibo lo que me rodea. De momentos llega la música primero o algún verso que desata todo. Al no saber nada del virus y, como realmente estaba afectando, vi la fragilidad del momento y de la crisis que todos estábamos pasando. Eso me llevó a cuestionar y afrontar el hecho de que podía afectarme a mí o a los míos y qué “me apagaran las luces”. Cité a William Shakespeare en la primera frase donde concuerdo totalmente “el mundo es un escenario” y mi conclusión de esta obra es que no tiene guión, es improvisada mayormente y es una tragicomedia pero depende de nosotros que sea así.
En 2019, Carlos Vallarino lanzó su single “Doctor” con el cual se posicionó en el top 20 de los 40 principales de Panamá. En el mismo año lanzó dos singles “Je t’aime” donde le canta al amor desde las lenguas romances (español, francés y portugués) y “Monstruos de mi miedo”.
Ibermúsicas me parece de gran ayuda a todos los músicos iberoamericanos que tanto trabajan por hacer canciones y llevar adelante una carrera. Gracias al Programa Ibermúsicas logré conectar con otros artistas y con el monto del premio pude grabar el tema profesionalmente y realizar un video.
Martín Monte Domecq Kanonnikoff, Diego Carmona y Nicolás Cañete han sido los ganadores por Paraguay de la 7ma edición del Premio Ibermúsicas de Creación de Canción 2020, Canciones de la Cuarentena.
En esta edición fueron recibidas 2372 propuestas de toda la región en una gran demostración de la riqueza de nuestras músicas, la diversidad de los recorridos estéticos y las increíbles sonoridades de Iberoamérica. Todas las obras fueron presentadas bajo seudónimo y analizadas mediante un sistema de evaluaciones cruzadas por el cual un jurado compuesto por destacadas y destacados artistas, periodistas musicales y productores fonográficos de un país, calificó las postulaciones presentadas por otra nación. En este caso, las canciones presentadas por los artistas de Paraguay fueron evaluadas por un jurado de Panamá.
Martín Monte Domecq Kanonnikoff
Martín Monte Domecq Kanonnikoff comenzó a componer a la edad de nueve años, integrando parte del coro del colegio Cristo Rey de Asunción y bajo la influencia de César Cataldo, profesor de dicha institución y reconocido arpista paraguayo de larga trayectoria. Estudió música en el Conservatorio Nacional durante un año y luego pasó al Conservatorio de la Universidad Católica de Asunción para formarse en teoría, solfeo, guitarra y piano.
La pandemia me encontró en el proceso de armar un estudio de grabación en mi domicilio para componer temas del segundo disco de mi grupo Mediterráneo. Durante ese tiempo llegamos a realizar conciertos en streaming por las redes, mayormente conciertos a beneficio de otros músicos afectados por la pandemia o enfermos de covid.
La letra de mi canción “Te pertenezco” tiene mucho que ver con que mi hija que vivía en otra ciudad y durante varios meses no pude viajar para verla. Mi método compositivo principalmente comienza en el piano. Una vez que defino la idea sobre lo que quiero escribir y tengo una melodía o un motivo musical del cual pueda brotar una melodía, voy creando la composición, casi siempre tratando de resaltar el coro.
En 2016 Martín creó Mediterráneo, un grupo que realiza fusión de temas folclóricos, guaranies y polcas, con otros estilos propios de la región, siempre con la intención de agregar nuevas composiciones al cancionero nacional. Todas las composiciones del grupo son obras de Martín MDK quien busca con su obra resaltar la identidad paraguaya desde una óptica urbana y contemporánea.
Considero que el Programa Ibermúsicas es una opción interesante para los músicos nacionales que quieran hacer conocer su trabajo afuera. Como compositor, me interesa mucho entrar en contacto con músicos y cantantes de otras nacionalidades para poder trabajar juntos y engrandecer la música latina.
Diego Carmona
Diego Carmona es compositor, docente y psicólogo. Se formó como músico en el Conservatorio Nacional de Asunción y en la Universidad Nacional de Asunción. En 2011 presentó el material discográfico “Amor primero, amor eterno”, con canciones de su autoría. Entre los años 2013 y 2015 colaboró como compositor y arreglador en el proyecto Misa Guaraní Pyahu. Desde el año 2016 compone y arregla canciones para la agrupación “Puente Cecilia”. Entre los años 2017 y 2021 integró la banda “Jericho” como tecladista principal.
En el 2019 me había enfocado casi por completo en culminar los estudios. En ese momento estaba cerrando una Licenciatura en Música y una carrera de Psicología. El 2020 entonces era el año de las expectativas a nivel profesional. La pandemia me encontró dando clases de piano y lenguaje musical casi a tiempo completo, que es algo que de verdad me apasiona. En lo que respecta a los shows, estaba retomando varios proyectos e iniciando otros, ensayos, grabaciones. Todo quedó en pausa.
Quizás lo que cambiaron fueron mis previsiones para ese tiempo, enseñar fue mi cable a tierra durante todo el año y la energía creativa se redirigió a acomodar las clases al formato virtual, buscar herramientas, desarrollar estrategias y tratar de dotar de sentido a las clases en un contexto totalmente incierto. La educación no podía andar divorciada de la realidad, entonces la teoría musical pasó a ser sólo una excusa para facilitar espacios de expresión, acompañar procesos de creación y, de alguna manera, canalizar todo lo que estábamos viviendo. Tuve la oportunidad de dedicar más tiempo a componer, arreglar y explorar un poco el mundo del home studio y las colaboraciones a distancia. Ya hacia mediados de año comenzaron los streamings con distintos grupos.
Su canción titulada “Soy” resultó ganadora del Premio Ibermúsicas a la creación de canciones séptima edición 2020.
Escribí la letra de la canción “Soy” en ese contexto de distanciamiento social, de pasar con la familia más cercana, de video llamadas con los amigos y de estadísticas alarmantes. En ese momento no pensaba en postularla para esta convocatoria, era más bien una forma de expresar lo que estaba viviendo internamente. A menudo nos sumergimos en propósitos y persistimos en ellos por inercia, disociándolos del sentido, incluso cuando ya no nos representan, cuando ya vamos siguiendo solo el eco de lo que fue. Forzamos planes, forzamos proyectos hasta que el mundo se detiene por completo y nos interpela sobre nuestras prioridades. “Soy” significó para mí ese punto de quiebre. Fue un afinar los sentidos para escuchar a la realidad cuestionando mi propia narrativa y empujándome a mantener el movimiento: Si nada es como antes, si las cosas se sienten como una sombra de lo que eran, quizás hay que cambiar de posición, quizás es un llamado a crecer.
Diego Carmona fue reconocido en el 2018 con el tercer puesto en el Concurso Nacional de la Composición Joven “Maneco/Garbett” por su canción “El Raudal”. En la actualidad, se desempeña como docente de Lenguaje Musical en la Universidad Nacional de Asunción, así como de piano con el método Suzuki. Sus canciones buscan comunicar la profundidad de las vivencias cotidianas desde la prosodia del castellano paraguayo, junto con una exploración de elementos rítmicos, armónicos y tímbricos como plataforma expresiva para su mensaje.
La idea musical surgió planificando una clase sobre métricas raras, compases de amalgama, cambios métricos, etc., pensaba invitar al grupo a aplicar estos recursos a composiciones sencillas y decidí hacer yo mismo la prueba antes de la clase. Ya tenía parte de la letra, entonces el primer motivo melódico surgió de ahí. En cuanto a lo métrico, la intención era ir degradando la sensación de estabilidad que genera el 12/8 restando pulsos a medida que avanza la canción. La idea de la armonía era sostener también esta tensión entre estabilidad e inestabilidad, creando una sensación ambigua en algunos momentos y presentando un centro tonal claro en otros.
Pienso que el Programa Ibermúsicas desempeña una labor imprescindible para el arte, colaborando de manera concreta y efectiva con la creación y difusión del trabajo de muchos artistas de nuestros países. Permite visibilizar una diversidad de voces y culturas. Eso es invaluable.
Nicolás Cañete
Nicolás Cañete tiene una trayectoria de veinte años con la música. Su interés y dedicación por el arte, en especial la música, lo llevó a formarse como compositor, arreglador e intérprete. Logró una destacada carrera artística en Europa y África grabando y haciendo giras. Ha dictado máster class en escuelas como Berklee (Valencia). Grabó y realizó conciertos con artistas destacados a nivel mundial como, Akinsola Elegbede (ex baterista de Rihana, Ogún Afrobeat y Cosmosoul), David Bao (baterista de O’funkillo y Jorge Pardo), Michael Oliveira (Quincy Jones producción, Paquito de Rivera, Miryam Latrece, Alfredo Rodriguez trío). Realizó giras con Ogún Afrobeat (una de las bandas de afromusic más importantes de Europa), Darawish (música de continente oriental y música africana contemporánea), Myriam Latrece quinteto y varios artistas más.
La pandemia me encontró en una situación bastante complicada y a la vez súper productiva porque ocurrió algo que no me pasaba desde hace muchos años, que fue la de tener tiempo para estudiar más a fondo la música paraguaya, ya que no estaba dando shows. También aproveché para dar clases y clínicas sobre composición y ensamble online y presenciales en grupos pequeños para músicos ya profesionales con diferentes instrumentos y géneros.
Nicolás Cañete también desarrolló durante varios años una carrera como músico profesional de rock y metal. Con tan sólo dieciocho años se desempeñó como bajista en una gira internacional con Paul Dianno (ex cantante de Iron Maiden), grabando y componiendo para el disco de Rushmore, y dando conciertos con Patriarca, que son de las bandas más importantes de rock y metal de Paraguay. Años más tarde descubrió el jazz y con varios de los artistas más importantes de la escena jazzística paraguaya, participó en proyectos cómo Joaju cuarteto, Guerrila Soul y Andrea Valobra Jazztrío. También como músico de folclore participó en proyectos como Purahei Soul, Sembrador, Los Jaraneros, Reinaldo Meza (trío los paraguayos), Nicolasito Caballero y otros. Actualmente trabaja como compositor, productor e intérprete, tanto a nivel nacional como internacional. Es director de Heartbeat (afromusic) Nicolás Cañete cuarteto (jazzcomteporaneo) y Dos Pulsos (folclore paraguayo fusionado con ritmos africanos).
La letra de la canción ganadora la escribió Paz Martínez, mi pareja, que fue con quién más tiempo compartí durante la pandemia. También fue la cantante en dicha grabación. La música la compuse pensando en fusionar la música paraguaya con otros ritmos como el jazz y la música africana.
Creo que el Programa Ibermúsicas es más que necesario para el desarrollo cultural, en este caso para compositores de diferentes géneros. En lo personal, me regaló mucha alegría y fuerzas para seguir haciendo música.